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Ancient Origins España y Latinoamérica

El enigma del manuscrito de Voynich: ¿Historia o engaño?

En 1912, un comerciante de libros polaco-estadounidense llamado Wilfrid M. Voynich viajó a Roma para realizar unas adquisiciones. Allí se topó con un baúl que contenía un raro manuscrito conocido actualmente como el “manuscrito de Voynich”. Desde su aparición, este documento — que hoy está bajo llave en la biblioteca Beinecke de Libros y Manuscritos Raros de Yale — ha sido estudiado extensamente y ha dejado perplejos, incluso, a los criptógrafos y descifradores de códigos más competentes. Usted debe estarse preguntando a qué viene tanta intriga. La respuesta es muy simple: el libro es ilegible casi por completo.

Muy poco se sabe sobre él, aunque recientemente ha comenzado a ofrecernos algunos de sus secretos.  Sus 240 páginas de vitela o de papel de cuero han sido datadas por radiocarbono y se remontan hasta principios del siglo XV — entre 1404 y 1438 para ser precisos- y están numeradas hasta la 116, probablemente no por su autor original. De hecho, faltan páginas enteras y unas secciones del libro parece ser que fueron eliminadas o reordenadas. Algo que, probablemente, sucediera mucho antes de que Voynich lo descubriese. Además, el texto ha sido manuscrito de izquierda a derecha.

Sin embargo lo que nos es desconocido supera aún en mucho a lo que sabemos sobre este manuscrito.  Los expertos estiman que el texto original pudo haber contenido hasta 272 páginas. Su autor permanece en el anonimato y tampoco resulta comprensible el oscuro lenguaje utilizado a lo largo de todo el texto. Además, muchas de sus ilustraciones siguen siendo enigmáticas, muchas de las plantas dibujadas en el libro — a menudo de forma tosca— resultan inidentificables y las numerosas imágenes de mujeres desnudas están insertas en acciones inexplicables.

Las escrituras

Como se mencionó anteriormente, se conoce muy poco del lenguaje críptico usado a lo largo del texto. Muchos expertos creen que se trata de un lenguaje construido por el autor para ocultar información secreta, aunque no sigue ningún código conocido, causa por la que algunos suponen que el libro no es más que un elaborado engaño. El texto contiene algunos vocablos pertenecientes a lenguajes establecidos, como es la palabra entropía, similar en Latín e Inglés. Pero las diferencias son mucho más numerosas. Algunas palabras aparecen sólo en ciertas secciones y  algunas letras solamente en ciertos puntos de las palabras. La repetición de las palabras también es peculiar y no sigue ningún ritmo identificable. Por ejemplo, en algunos sitios una palabra puede repetirse tres veces simultáneamente. ¿Podría ser una lengua de alguna manera construida en base a limitados principios etimológicos y fonéticos reconocidos, con el beneficio de ocultar el conocimiento, o ha sido cuidadosamente construida para engañar a los lectores, llevándoles a pensar que se está escondiendo información valiosa? Lo cierto es que la mayor parte de dicho texto sigue siendo un misterio. Finalmente hay que destacar que el autor incluyó también una restringida escritura latina que aparece en algunas de las cartas astronómicas y en la última sección del texto. No se ofrecen más datos.

Ilustraciones llamativas

Casi cada página del texto, con excepción de la sección final, contiene por lo menos una ilustración. Estas ilustraciones seccionan el texto en 6 temas: astronomía, biología, cosmología, botánica, farmacopea y recetas.

  • Astronomía: esta sección se compone de cartas y diagramas. En ella están incluidos los nombres en latín de diez meses, así como 12 diagramas utilizando símbolos convencionales para las constelaciones. Cada uno de los 12 diagramas también contiene una serie de 30 desnudos femeninos que, al girarse, realmente generan una imagen en movimiento.
  • Biología: Esta sección contiene numerodos desnudos parciales de mujeres en medio de algo similar a una posible “tubería”.
  • Cosmología: Numerosos diagramas circulares, así como páginas desplegables, con una conteniendo un posible mapa que abarca 6 páginas. La inclusión de desplegables es inusual para el periodo en que fue escrito y sugiere que su “edición” tuvo que implicar un gran gasto para el autor.
  • Botánica: A primera vista, parece similar a otros libros que describen hierbas y sus usos. Cada página muestra una planta diferente, aunque muchas de las plantas son inidentificables y pueden reunir partes de varias plantas. Algunas de las plantas representadas aquí también aparecen en la sección de farmacopea.
  • Farmacopea: Esta sección parece más bien el libro de un alquimista, conteniendo esquemas de plantas y tarros de alquimia rodeados de lo que parecen ser  descripciones.
  • Recetas: Esta sección contiene cortos párrafos separados por estrellas que parecen funcionar como viñetas.

Si el manuscrito se trata de un intento de ocultar información secreta, entonces ¿quién lo escribió y por qué? ¿Qué era lo que el autor escondía... o protegía? Para reflexionar sobre esta pregunta, primero tendríamos que identificar al autor del extraño manuscrito. Algunos estudiosos apuntan hacia Roger Bacon, un clérigo inglés y monje franciscano del siglo XIII, al que se referían como "Doctor Mirabilis' o Doctor Milagro, conocido por su uso de la investigación experimental en el estudio de la naturaleza o alquimia. De hecho, es mencionado en una carta a Athenasues Cursuer como el autor original, lo que aumentó el valor del manuscrito. Bacon era un monje que creía que la naturaleza debía de ser estudiada a través de la experimentación sistemática. Incluso algunos le reconocen sus méritos por su contribución a la formación del método científico, aunque otros no se muestren de acuerdo. El problema con esa teoría es que no coincide con la fecha prevista por la prueba de radiocarbono. Si la prueba es exacta, entonces no podría haber sido el autor del manuscrito.

Otros especialistas piensan que el manuscrito de Voynich fue posesión de Jakub Horcicky de Tepenec, un médico que vivió desde 1575 hasta 1622, ampliamente conocido por su uso de las hierbas medicinales. Su nombre fue descubierto en la primera página del manuscrito. Se hizo un intento para quitarlo, aunque una reproducción fotostática reveló su presencia; sin embargo, la caligrafía no era análoga a la firma de Tepenec y la datación del libro, una vez más, le imposibilita ser el autor original.

En lo que sí están de acuerdo todos los expertos es en la aparente relación del libro con la práctica de la alquimia, que explicaría la necesidad del secretismo. La alquimia fue precursora del estudio científico y fue practicada en todo el mundo, aunque la práctica en Europa se volvió sospechosa para el alto clero cristiano y, tal y como ha mostrado la historia, todo lo que acababa siendo sospechoso para la Iglesia, acaba siendo expulsado u oculto. En cualquier caso, la alquimia era un tipo de estudio hermético y reservado, cuyos practicantes usaban símbolos para ocultar sus conocimientos y prácticas. Los alquimistas eran conocidon por sus capacidades y habilidades y mantenían sus procedimientos en secreto para conservar dicha reputación. En cuanto a la práctica de la alquimia, era tanto un arte como una ciencia, en la que la tradición medieval hacía representar las plantas alegóricamente para demostrar su potencial curativo y sus otros muchos usos, lo que puede explicar las representaciones abstractas de plantas dibujadas en la sección botánica del manuscrito. También explicaría la inclusión de ilustraciones astrológicas, dado que la astrología fue muy importante en el uso de las hierbas como tratamientos.

A pesar de estos hechos, no se puede negar un creciente apoyo a la idea del fraude. Gordon Rugg, un psicólogo inglés que trabajaba en la Universidad de Keele, cerca de Manchester, Inglaterra, creía haber desprestigiado la autenticidad del libro utilizando el método de análisis que desarrolló y denominó como 'método verificador'. Este método funciona según la veracidad con la cual han sido expuestos muchos dilemas científicos por personas que no eran expertas en la materia en cuestión. Rugg sostenía que el autor del manuscrito había dejado pistas de su método, sobre todo los espacios en blanco y las páginas que faltaban, así que no tendría que corregir errores. Después de todo, ¿quién se daría cuenta si el documento es indescifrable? En todo caso, sólo incrementaría— e incrementó —la mística del texto.

Pero, ¿por qué crear un fraude? Dinero, naturalmente, así como prestigio. La intriga alrededor del libro aumenta su valor y de hecho con el tiempo se ha invertido una cantidad significativa de dinero en este libro. Así, el emperador Rodolfo II (1552-1612) creyó que el libro era obra de Roger Bacon, y gastó el equivalente de aproximadamente $30.000,00 para comprarlo. Pero, ¿quién podría haberlo escrito? ¿Podría un experto en libros como Voynich haber creado un fraude tan bien elaborado? Algunos escépticos creen que así podría ser. Aunque las pruebas han confirmado que los materiales utilizados para crear el libro fueron los comúnmente utilizados en el siglo XV y no se encontraron rastros de elementos pertenecientes a los siglos XIX y XX, la verdad es que esos materiales pueden adquirirse,  incluso hoy en día. Esto posibilita la falsificación de un libro 'importante' cuando la realiza la persona adecuada.

Muchos partidarios del fraude también apuntan al artista Edward Kelley (1555-1597), que fue un conocido falsificador. Trabajó en casa de John Dee como médium de los ángeles. Dee era el astrólogo oficial de la reina Isabel I de Inglaterra y Kelley se convirtió en su escribano. Kelley también fue alquimista y afirmaba ser capaz de transformar el oro en cobre. Por supuesto, se trataba de otro de sus chanchullos. El emperador Rodolfo II también fue una de las víctimas de Kelley, comprando muchas de sus obras fraudulentas. De hecho, John Dee tenía una colección de obras de Roger Bacon y pudo haber vendido el manuscrito al emperador. Un manuscrito posiblemente creado por Kelley.

Si la datación por radiocarbono es válida, ninguno de estos escenarios es posible. De hecho, parece que la única consistencia en relación con el manuscrito de Voynich es la inconsistencia de la que presume. ¿Historia o engaño? De momento, nadie puede decirlo.

Artículo actualizado el 1 de Octubre 2022.

Autor E.C. Rammel