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Los Restos del Antiguo Barco Hundido en Antikhytera Guardan aún Secretos por Revelar

Los investigadores están llevando a cabo un nuevo estudio de cinco años sobre los restos del antiguo barco griego hundido cerca de la isla de Antikythera en cuyo interior se halló el famoso mecanismo de Antikythera, proclamado el ordenador más antiguo del mundo, así como otros tesoros. Un análisis reciente del pecio ha identificado dos áreas con objetos y restos del barco, lo cual lleva a los arqueólogos a creer que pudo haber otro barco que se hundiera al mismo tiempo. Como alternativa, las dos zonas de restos pueden ser partes separadas del barco hundido antes de que éste se partiera en dos.

Los funcionarios griegos han aprobado la ampliación del estudio del antiguo navío, que pudo medir unos 50 metros (164 pies) de largo. Los investigadores esperan descubrir más tesoros dentro de los restos del barco, que está localizado en el fondo del mar Egeo, al sur de Grecia. Esta vez se concentrarán en zonas en las que se encontraron objetos de metal y cerámica en el pasado.

 

 

“Las pruebas demuestran que este es el barco antiguo de mayor tamaño descubierto jamás,” ha declarado Brendan Foley del Instituto Oceanográfico de Woods Hole. “Es el Titanic del mundo antiguo.”

Uno de los hallazgos más relevantes es el objeto conocido como el mecanismo de Antikythera, descrito como el primer ordenador analógico del mundo. Tras décadas de investigación, los científicos fueron capaces de determinar que muestra las posiciones de los planetas y su movimiento a través de las constelaciones del zodíaco, predice eclipses de sol y de luna e incluso marca eventos clave como los juegos Panhelénicos. El descubrimiento de esta singular forma de antigua tecnología, junto con otros tesoros, como bronce finamente grabado y estatuas de mármol, objetos de vidrio, joyas y monedas, han empujado a los investigadores a preguntarse qué más tesoros puede ocultar aún este barco hundido.

El mecanismo de Antikythera descubierto en los restos de un barco hundido junto a la isla de Antikythera, en Grecia. (Foto: Tilemahos Efthimiadis / flickr)

El mecanismo de Antikythera descubierto en los restos de un barco hundido junto a la isla de Antikythera, en Grecia. (Foto: Tilemahos Efthimiadis / flickr)

La nave probablemente se hundió entre el 70 y el 60 a. C., y se cree que transportaba un cargamento de artículos de lujo griegos a Roma. Puede que su puerto de origen estuviera en Asia Menor.

En la primera fase de los estudios, en el año 2014, los investigadores hallaron múltiples anclas de plomo de un metro (1,1 yardas) de largo y elementos de bronce del cordaje aún adosados a piezas de madera. La madera revela hasta qué punto estos barcos han sobrevivido al paso de los siglos. Tablas de madera, diversos objetos y otros restos del naufragio están dispersos en 300 metros (360 yardas) de fondo marino. Las planchas del casco y las grandes anclas demuestran que la nave debía de tener una longitud de al menos 50 metros.

En la página web del Instituto Oceanográfico de Woods Holeoods Hole se habla en detalle de algunos de los hallazgos:

Los arqueólogos también recuperaron una bella ánfora intacta, parte de una ornamentada pata de cama, y lo más impresionante de todo, una lanza de bronce de dos metros de largo enterrada justo por debajo de la superficie de la arena. Demasiado grande y pesada como para haber sido utilizada como arma, tuvo que pertenecer a alguna estatua gigantesca, quizás de un guerrero o de la diosa Athenea. En 1901 cuatro enormes caballos de mármol fueron descubiertos en los restos del naufragio por los pescadores de esponjas, así que podrían formar parte de un complejo de estatuas que incluyera un guerrero en un carro de guerra tirado por cuatro caballos.

Un grupo de pescadores de esponjas griegos que volvían del norte de África, descubrieron los restos del barco hundido en el año 1900, al verse envueltos en una fuerte tormenta. Junto a la costa de la isla de Antikhytera, los pescadores echaron el ancla de su embarcación y esperaron que la tempestad amainara. Mientras estaban anclados, algunos de los miembros de la tripulación decidieron zambullirse a lo largo de la costa de la isla en busca de almejas para comer. Uno de ellos, Ilias Stadiatis, tropezó con algo bastante más interesante – los restos de un navío hundido que yacían a una profundidad de entre 42 y 50 metos (137 a 164 pies) bajo el mar. Stadiatis llegó incluso a recuperar el brazo de una estatua de bronce y se lo mostró a sus compañeros.

El capitán del barco, Dimitrios Kontos, alertó a las autoridades de Atenas sobre el hallazgo. Un buque de la Real Armada Helena fue enviado a Antikythera a prestar ayuda en las labores de recuperación. Más tarde fueron enviados a la isla un barco de vapor civil y una torpedera de la Armada Griega.

Representantes del gobierno griego, tripulación y pescadores de esponjas sobre la cubierta del buque de la Armada Griega Mykali (Wikimedia)

Representantes del gobierno griego, tripulación y pescadores de esponjas sobre la cubierta del buque de la Armada Griega Mykali en invierno de 1900/01, extrayendo objetos de los restos del antiguo barco hundido en Antikythera. (Wikimedia)

En los meses sucesivos, los buzos griegos realizaron un gran esfuerzo por rescatar los restos del barco hundido. Por aquel entonces, el equipo habitual del buzo consistía en un grueso traje de lona y un casco de cobre. Los buzos encargados de recuperar los restos del naufragio de Antikythera solo contaban con uno de estos trajes, y cada uno de los buzos se sumergía solo durante 10 minutos, dos veces al día. Debido a la extrema profundidad, las labores de recuperación resultaron muy peligrosas. Dos de los buzos perdieron la vida y otro quedó paralítico.

A causa de los peligros que implicaba sumergirse a tales profundidades y carentes de un equipo más avanzado, la operación no pudo continuar. Solo fue en 1953 y luego de nuevo en 1976 cuando el afamado explorador francés Jacques-Yves Costeau visitó brevemente el lugar en el que se encontraban los restos del naufragio de Antikythera.

Aparte de estas dos excepciones, el lugar se mantuvo intacto durante décadas. A pesar de no llevarse a cabo otras exploraciones, se contaba con hallazgos suficientes procedentes del naufragio como para que los arqueólogos pudieran realizar una datación.

En septiembre del año 2014, se reanudó la investigación de los restos del barco hundido en Antikythera al llevarse a cabo el proyecto “Retorno a Antikythera”. Equipado con la última tecnología, el equipo de investigación está dispuesto a desentrañar los secretos que encierran los restos. Empleando respiradores de circuito cerrado con mezcla de gases y un Exotraje, los buzos y buceadores de este nuevo proyecto gozan de mucha mayor seguridad que sus predecesores. Un robot autónomo equipado con sonar y estereocámaras también fue empleado para confeccionar un mapa del yacimiento.

Exotraje (exo-traje robótico con un operario humano en su interior) desarrollado por Nuytco research. (Foto: Museo Americano de Historia Natural)

Exotraje (exo-traje robótico con un operario humano en su interior) desarrollado por Nuytco research. (Foto: Museo Americano de Historia Natural)

Imagen de portada: el buceador Alexandros Sotiriou descubre una ánfora cerámica y un aro de bronce de los restos del antiguo barco hundido en Antikythera. (Foto: Brett Seymour, Return to Antikythera 2014)

Autor: Mark Miller

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

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Mark Miller

Mark MillerEs un escritor de Ancient-Origins. Tiene una licenciatura en periodismo, es editor y escritor de periodicos y revistas, desde mucho se interesa de la antropología, la mitología y la historia antigua. Sus hobbies son escribir y dibujar. Lee mas
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