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Portada-Primer plano de la famosa máscara de Tutankamón. (Wikimedia Commons)

El Gobierno Egipcio Cierra al Público la Tumba de Tutankamón para Iniciar su Restauración

Pocas tumbas han fascinado tanto a profesionales y profanos como la del faraón Tutankamón. Ahora, 93 años después de su descubrimiento, se cierra al público para llevar a cabo a partir del próximo 1 de octubre unas tareas de restauración más que necesarias.

¿Quién fue Tutankamón?

 

 

Neb-jeperu-Ra Tut-anj-Amón, popularmente conocido como Tutankamón, fue un faraón perteneciente a la XVIII Dinastía Egipcia que reinó desde el año 1336 a. C. hasta el 1327 a. C. Aunque la rigurosa oficialidad académica nos diga que dicha dinastía acabó con el reinado de Horemheb, oficiosamente podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el joven Tutankamón fue su último faraón de sangre real.

Tutankamón ascendió al trono después del periodo de Amarna y devolvió a los sacerdotes de Amón la influencia y el poder que poseían antes de la revolución religiosa y política llevada a cabo por el célebre faraón Akenatón. Su reinado se caracterizó, precisamente,  por un retorno paulatino a la normalidad en el plano socio-religioso, tras el interludio monoteísta de Akenatón.

Pese a lo que comúnmente se cree, Tutankamón no fue un faraón notable y ni siquiera fue demasiado conocido en la antigüedad. De hecho, el tamaño relativamente pequeño de su tumba fue la razón principal por la que no fue descubierta hasta 1922, año en el que Howard Carter la encontró intacta. La prensa de la época se hizo eco del descubrimiento y de los tesoros que la tumba albergaba, renovando el interés del público por el Antiguo Egipto. Su máscara funeraria se convirtió en una imagen muy popular y emblemática del Antiguo Egipto.

Howard Carter estudiando la momia de Tutankamón tras el descubrimiento de su tumba en Luxor, en 1922. (Wikimedia Commons)

Howard Carter estudiando la momia de Tutankamón tras el descubrimiento de su tumba en Luxor, en 1922. (Wikimedia Commons)

Las tareas de restauración

Ahora, esta tumba ubicada en el espectacular Valle de los Reyes, permanecerá cerrada al público a partir del 1 de octubre para ser sometida a diversas tareas de restauración que podrían mantenerla fuera de exhibición hasta el año 2016.

En un comunicado emitido por el Ministerio de Antigüedades egipcio y presentado por el titular de Antigüedades, Mamdouh Eldamaty, se ha explicado que el principal objetivo del cierre temporal es "garantizar la protección de la tumba" después de haber examinado su precario estado, tal y como informa el diario El Mundo.

Dichas labores de conservación, que podrían prolongarse hasta tres meses, incluirán la limpieza y restauración de las paredes del enterramiento, la consolidación de algunas pinturas y la instalación de un nuevo suelo.

Para poder realizar estas tareas con la máxima seguridad y rapidez, según indicó el director del Departamento de Egiptología, Mohamed Afifi, la momia del niño faraón –recordemos que Tutankamón llegó al trono con 12 años y murió cuando rondaba los 20 - será "trasladada a una sala secundaria de la tumba para mejorar su preservación".

Interior de la tumba de Tutankamón situada en el famosísimo Valle de los Reyes (Wikimedia Commons)

Interior de la tumba de Tutankamón situada en el famosísimo Valle de los Reyes (Wikimedia Commons)

Su ADN desveló taras genéticas

En el año 2010 el ex ministro de Antigüedades, Zahi Hawass, sometió a la momia de Tutankamón a un exhaustivo análisis de ADN para intentar determinar su árbol genealógico y las causas de su temprano fallecimiento.

Los resultados de los análisis revelaron que era vástago de Akenatón y nieto de Amenofis III y de su esposa Tiy. Asimismo, con respecto a su muerte se comprobó que sufría diversas taras genéticas, debidas probablemente al hecho de que era fruto de una relación incestuosa entre miembros de la realeza, por lo que su salud era débil y quebradiza.

Parece ser que Tutankamón padecía el llamado Mal de Köhler, una enfermedad que afecta mayoritariamente a niños varones de entre 4 y 6 años de edad y que provoca dolor e inflamaciones en el dorso del pie, con la consiguiente cojera. Un mal que, en el caso del joven faraón, se veía agravado por el paludismo que sufría. Prueba de ello y de los grandes dolores de huesos que soportaba y que le obligaban a caminar con dificultad son los 103 bastones hallados en su tumba.

Visitas al facsímil y al Museo Egipcio

Durante el cierre de la tumba, los visitantes podrán admirar el facsímil idéntico que se halla a unos metros de la carretera que conduce al Valle de los Reyes, en los aledaños de la casa de Howard Carter. Fabricada con total exactitud en un taller madrileño de la empresa Factum Arte, la copia fue inaugurada el año pasado.

Uno de los objetivos de la construcción del facsímil es, precisamente, el de librar a la tumba original de los bruscos cambios de humedad y temperatura a los que se ve a menudo sometida y que provocan las decenas de miles de turistas que, año tras año, la visitan.

Pectoral-Tutankamon-Jeroglifico

Entre las muchas joyas descubiertas en la tumba de Tutankamón se halló este pectoral. Era una práctica muy común emplear imágenes de jeroglíficos para diseñar joyas con el nombre del faraón. En ésta se puede leer Neb Jeperu Ra, Nombre de Trono de Tutankamón: la barca solar define el jeroglífico Neb, el escarabajo en el centro es la palabra Jeper que, junto con las tres flores de loto de la base del pectoral se transforma en el plural Jeperu, siendo el disco solar de la parte superior Ra. (Wikimedia Commons)

Cuando en 1922 Carter descubrió este sepulcro del niño-faraón halló más de 5.000 objetos amontonados entre la antecámara, la cámara funeraria, la cámara del tesoro y un anexo. Un ajuar suntuoso, que se exhibe actualmente en el Museo Egipcio de El Cairo donde podrá seguir siendo admirado. Un ajuar totalmente desproporcionado para los escasos 110 metros cuadrados que medían las estancias en las que el alma del faraón desarrollaba su vida ultraterrena.

Imagen de portada: Primer plano de la famosa máscara de Tutankamón. (Wikimedia Commons)

Autor: Mariló T. A.

Imagen de Green Fairy

Mariló T.A.

Escritora freelance, bloguera y especialista en redes sociales, Mariló trabaja y colabora desde hace años en diversos medios de comunicación online. Apasionada de la naturaleza, los animales, la fotografía, la ecología, el biodinamismo, la espiritualidad, las civilizaciones antiguas, los viajes... Lee mas
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