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Desenterrada en Francia Mujer del siglo XVII Perteneciente a la Nobleza que Había sido Enterrada con el Corazón de su Marido

El cuerpo de una mujer francesa del siglo XVII perteneciente a la nobleza, bien conservado y completamente vestido, que se piensa que es el de Louise de Quengo, ha sido descubierto entre otras 800 tumbas en la ciudad de Rennes, en Bretaña, al noroeste de Francia.

El ataúd de plomo que lo contenía estaba herméticamente sellado y colocado en un sepulcro de piedra en la capilla del Convento de San José. La mujer murió hace 350 años, pero sus ropas, que incluyen su tocado y sus zapatos, se encuentran extraordinariamente bien conservadas. Los arqueólogos del Instituto Nacional Francés para la Investigación Arqueológica Preventiva la han identificado como Louise de Quengo, una aristócrata bretona, basándose en que el cuerpo de su marido, Toussaint de Perrein, fue descubierto cerca y que un relicario enterrado con ella contenía el corazón de Perrein. También había inscripciones grabadas en el propio relicario.

 

 

[Actualité] Du nouveau du côté du couvent des Jacobins, à Rennes : L’exceptionnelle sépulture de Louise de Quengo, dame...

Posted by Inrap on Tuesday, June 2, 2015

Era un práctica habitual en la época entregar los órganos del difunto a sus parientes o a alguna orden religiosa. Louise de Quengo probablemente fuera a vivir al convento tras la muerte de su marido y consiguientemente eligió ser enterrada allí junto con el corazón de su marido tras su propia muerte.

El de esta tumba era el quinto ataúd del cementerio del convento que abrían los arqueólogos, que no esperaban encontrar en él nada más que polvo y huesos. Ninguno de los otros restos desenterrados hasta entonces por el equipo habían estado tan bien conservados.

“Vimos enseguida que había una gran cantidad de objetos, tela, zapatos” declaró Rozenn Colleter a la web Phys Org. Sin embargo, bajo las ropas polvorientas, los arqueólogos pudieron observar la silueta de sus manos aferrando un crucifijo.

De Quengo era una Señora de Brefeillac que murió en 1656. Tenía algo más de sesenta años en el momento de su muerte. No obstante, una vez abierto el ataúd, el equipo tuvo que moverse rápidamente, ya que la exposición al aire provoca que se acelere el proceso de descomposición. Los arqueólogos llevaron a cabo un reconocimiento médico post-mortem durante el cual descubrieron que la Señora de Brefeillac había sufrido de piedras en el riñón y adhesiones en los pulmones. El radiólogo y examinador médico Fabrice Dedouit también descubrió que su corazón había sido extraído con “auténtica maestría quirúrgica”.

Desde hace dos años ya se tenía noticia de la existencia del ataúd, pero no había podido ser extraído hasta entonces por estar situado justo por debajo de uno de los muros portantes del convento. La excavación de la sepultura en ese punto podría haber provocado daños en el edificio, pero los arqueólogos finalmente fueron capaces de recuperarlo en marzo del pasado año.

 La ciudad de Rennes tiene una antigüedad de más de 2.000 años y originalmente era una población gala de nombre Condate en una región ocupada por la tribu de los Redones. Los romanos se refirieron a ella como un asentamiento de gran importancia debido a su situación estratégica, muy cerca de la Via Osismii, que se prolongaba desde Condate Riedonum hasta Vorgium (la moderna Carhaix). En el año 275 los romanos fortificaron la ciudad con una fuerte muralla para protegerla contra invasiones bárbaras. En el siglo V se convirtió en bastión contra Clovis I y más tarde contra los Visigodos.

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El cuerpo de Louise de Quengo fue descubierto en el casco histórico de la ciudad de Rennes, en Francia (Wikimedia Commons)

Rennes es a día de hoy la capital de Bretaña. Los ataúdes de plomo se conocen desde la época romana, en la que se reservaban para los enterramientos de los ciudadanos más pudientes, a menudo dentro de las propias ciudades. El plomo ayuda a proteger al cadáver de la putrefacción.

El convento de San José se construyó originalmente en 1369 para conmemorar la victoria de Jean IV de Montfort, Duque de Bretaña, en la Guerra de Sucesión Bretona. Las obras fueron financiadas por un miembro de la burguesía local pero el convento fue oficialmente inaugurado por Jean IV de Monfort, que había derrotado a Charles de Blois en la batalla de Auray en 1364. Una pintura de la Virgen y el Niño llamada Nuestra Señora de la Buena Nueva atrajo peregrinos a la capilla en el siglo XV y en 1491 Ana de Bretaña se prometió al rey Carlos VIII de Francia solo dos días después de que él asaltara la ciudad con éxito. Los suelos y terrenos del convento se convirtieron en lugar de enterramiento durante los 300 años siguientes hasta 1793, año en que el Ejército Francés Revolucionario empezó a usarlo como cuartel y club deportivo. El Ejército Francés finalmente lo vendió de nuevo a la ciudad de Rennes en el año 2002.

Los arqueólogos tienen previsto dar una conferencia sobre el descubrimiento de Rennes el 21 de junio, Día Nacional de la Arqueología en Francia.

Imagen de portada: El cuerpo de una mujer noble francesa del siglo XVII . Fotograma del vídeo de IB Times en YouTube.

Autor: Robin Whitlock

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

Robin Whitlock

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